Es cierto que
tradicionalmente el virus del
papiloma humano se
ha asociado con la salud de las mujeres; en
muchos países se las vacuna cuando niñas y las escasas
campañas de prevención están enfocadas a ellas. Pero el
asunto ha cambiado.
Estudios llevados a cabo en Estados Unidos, Brasil y
México han dejado claro que cada vez son más los hombres
que portan esta enfermedad. Recordemos que el papiloma
humano sólo se transmite gracias a la práctica poco
segura del sexo.
Una de las características
del virus del papiloma humano es que es asintomático, lo
que lo vuelve mucho más peligroso: quien lo padece puede
llegar a desarrollar desde verrugas genitales hasta
cáncer al pene, a las trompas de Falopio, a la vulva, al
ano, a la cabeza y al cuello. Nada para
bromear.
Se sabe que el papiloma
humano es un virus que puede desaparecer solo del
organismo, pero lo que no se sabía es que, en el caso
del que produce verrugas, dura algo más de siete meses;
el otro, el más grave, puede permanecer activo alrededor
de un año.
Como siempre, la única
forma de combatir esta enfermedad es la prevención,
incluyendo el uso constante del condón.
Existen más de 120 tipos
distintos de estos virus que pueden infectar al ser
humano, aunque sólo 15 de ellos se consideran de alto
riesgo para el desarrollo de cáncer de cuello de útero,
siendo los llamados tipo 16 y 18 los causantes de más
del 70% de los cánceres.
Otros tipos (tipos 6 y 11) son
los causantes de los denominados condilomas acuminados
(verrugas genitales), y de la aparición de verrugas en
la parte alta de las vías respiratorias (papilomatosis
respiratoria recurrente), debido a la infección de las
vías respiratorias en el recién nacido de una madre
infectada, durante el parto.
En el mundo, entre el 10 y
15% de las mujeres de 30 a 35 años están infectadas, si
bien existen grandes diferencias entre países, asociadas
a las distintas pautas de relaciones sexuales (más
riesgo cuando es más alta la promiscuidad sexual y la
edad de inicio de las relaciones sexuales). En España
alrededor del 3% de las mujeres de 30-35 años está
infectada.
Cuales son
los síntomas?
La infección por los papilomavirus pasa desapercibida al
no producir síntomas. En la mayoría de las personas
infectadas, los virus desaparecen espontáneamente sin
secuelas a lo largo de los dos años siguientes a una
infección.
Teniendo en cuenta la alta frecuencia de
circulación de los virus, y la gran cantidad de tipos
distintos, las reinfecciones y las infecciones múltiples
(por distintos tipos de este virus a la vez) son muy
frecuentes, de manera que más del 50% de las personas
sexualmente activas han sido infectadas en algún momento
de su vida sexual.
En los casos en los que
los virus de los tipos asociados al cáncer no son
eliminados, y quedan en las capas profundas de la piel y
mucosas genitales, aparecen al cabo de los años lesiones
precancerosas (hasta en 30 de cada 100.000 mujeres) que
si no se eliminan quirúrgicamente, evolucionan hacia el
cáncer.
Si la infección
persistente es de los tipos causantes de las verrugas
genitales, al cabo de unos años, aparecen estas lesiones
que no se malignizan, y por tanto, no producen cáncer,
pero son motivo frecuente de consulta ginecológica, y en
el caso de infección durante el parto del neonato, de
papilomatosis respiratoria recurrente en el bebé.
Cual es el
tratamiento?
No existe tratamiento para la infección. En las mujeres
en las que mediante el cribado por citologías, se
detectan lesiones precancerosas de cuello uterino, se
tratan mediante técnica quirúrgicas, con resección más o
menos amplia en dependencia del grado de la lesión.
Puede requerir la histerectomía (extirpación del útero),
y tratamientos antitumorales cuando se maligniza (se
detecta un cáncer).
El cáncer del resto de
localizaciones, se trata dependiendo de su ubicación y
grado de afectación del cáncer (cirugía, radioterapia o
quimioterapia).
Como
evitar el contagio?
Actualmente existen dos vacunas que previenen la
infección por los virus del papiloma, asociados con
mayor frecuencia a la producción de cáncer de cuello
uterino, vagina, vulva, ano y pene, lo que permitirá
prevenir más del 70% de estos cánceres.
La vacuna es eficaz para
prevenir la infección, y por tanto, su aplicación debe
de realizarse antes del primer contacto sexual, antes de
que se tengan relaciones sexuales. Una vez infectada la
persona, la vacunación no tiene ninguna eficacia. Por
ello, la edad de vacunación sistemática idónea es en la
preadolescencia (entre los 9 y 14 años)
Paul Ehrlich.
Afirmó por
primera vez que la
incidencia
del cáncer sería mucho mayor si no fuera por la
vigilancia del
sistema inmune,
capaz de eliminar e identificar las células tumorales
recién divididas. Con lo que ya entonces puso a nuestro
sistema de defensa en el centro del control del
crecimiento tumoral.
Ver biografía
Hay que fortalecer nuestro Sistema
inmunológico...
Vacuna del
papiloma humano: una muerte silenciosa y terrorífica
En gran parte del mundo se
comienzan a conocer los efectos o reacciones adversos de
la vacuna contra el papiloma humano en niñas de nueve a
dieciséis años y que se hizo obligatoria en las
instituciones educativas de Colombia.
Lo más grave es
que el sistema de salud evade su responsabilidad
ignorando y ocultando estos efectos imputando sus
consecuencias a otros diagnósticos o cuadros médicos.
En
muchas niñas que recibieron alguna dosis de esta vacuna
contra el papiloma humano se manifiestan parálisis
faciales, temblores, depresiones, suicidios, sordera,
ansiedad o perdida de las capacidades cognitivas y
motrices, entre otros síntomas que ha llevado en muchos
países –Estados Unidos, Argentina, España, Nueva
Zelanda- al surgimiento de asociaciones de padres de
familia contra la vacuna del papiloma humano.
Existen
testimonios dramáticos en la red y
fácilmente se encuentran videos en YouTube
que dejan en claro que no se trata
simplemente de especulaciones sino que son
evidencias y certezas de que esta vacuna se
ha constituido en una especie de “epidemia”
que ya empieza a mostrar sus primeros
efectos en Colombia.
Hace menos de un año se
empezó a obligar en los centros educativos,
con propaganda falsa y manipulada, sobre la
obligatoriedad que niñas en edad escolar
entre los nueve y diez años reciban su
primera dosis.
En esto el Estado colombiano
invirtió aproximadamente trescientos
millones de dólares siendo los beneficiados
dos grandes multinacionales de la industria
farmacéutica.
Nunca se realizaron
estudios pertinentes, jamás se advirtió sobre los
efectos adversos y mucho menos se tuvieron en cuenta los
estudios que al respecto existían.
Cientos y miles de
niñas, de nueve años y en edad escolar, fueron víctimas
silenciosas y obligadas de estas multinacionales
farmacéuticas y del Estado Colombiano. Y son ellas las
que en este momento son “diagnosticadas” con problemas
psicológicos y psiquiátricos a los que se les atribuye
el origen de sus enfermedades.
La investigadora
científica Norma Ericsson ha realizado investigaciones
en compañía de estudiosos del mundo entero poniendo en
alerta sobre los efectos perversos de esta vacuna en
miles de niñas en el planeta.
De acuerdo a sus estudios
esta vacuna no protege contra el cáncer y se utilizó a
través del miedo para vender este producto a muchos
países en el mundo entero.
El Gardasil, nombre de la
vacuna, ha generado ceguera, parálisis y se conoce en
estos momentos en Paris un caso concreto en que un padre
de familia inició y ganó una demanda contra el Estado
por los nocivos efectos de esta vacuna en su hija de
quince años, ya son muchos los ciudadanos que están
demandando a su Estado por los mismos efectos en sus
hijas.
Es ya imparable el escandalo a nivel mundial y se
empiezan a relacionar muertes asociadas a esta vacuna.
Cabe aquí preguntarse cómo
es posible que en nuestro país, sin ningún tipo de
estudios científicos, se haya obligado, prácticamente, a
miles de niñas a recibir esta vacuna en niñas desde los
nueve años.
Aquí le cabe responsabilidad al gobierno
nacional, al ministerio de salud y al ministerio de
educación que ignorando o desconociendo estos avisos de
alerta permitiera esta atrocidad sin que los padres de
familia conozcan realmente los posibles efectos adversos
de esta vacuna.
Desde ya lanzamos una voz de alerta para que se detenga
en nuestro país su aplicación y se inicien estudios
científicos serios y soportados. Se debe consultar a
especialistas del mundo entero sobre los efectos
indeseados del Gardasil.
El papiloma humano se contagia
por prácticas sexuales y esto nos hace dudar sobre el
verdadero fin de estas multinacionales por cuanto es
inconcebible que niñas de nueve años ya tengan una vida
sexual activa. Igualmente se deja en claro que
únicamente el 0.015% de los casos del papiloma humano
terminan en cáncer.
Lo más probable es que se trate
simplemente de un buen negocio que deja grandes
dividendos a estas multinacionales farmacéuticas.
Opinión publica,
científicos, médicos, gobierno y la prensa nacional
deben pronunciarse al respecto. Solicitamos que se
inicie un debate en el congreso de la republica que
lleve a aclarar la real situación del Gardasil y sus
implicaciones en la salud de las niñas de nueve años que
fueron expuestas en los colegios públicos a esta vacuna.
La responsabilidad debe caer sobre quienes promovieron
en nuestro país la obligatoriedad de esta vacuna sin que
exista suficiente información al respecto.
Qué
responsabilidad cabe a directivos docentes, entidades de
salud, centros médicos y hospitalarios que se prestaron
para que en escuelas y colegios se permita esta
atrocidad que afecta a cientos y miles de niñas en
Colombia entera.
Y que se suspenda la aplicación de una
segunda dosis antes de que el problema sea mayor y de
proporciones dramáticas. El alto contenido de aluminio
en esta vacuna genera intoxicación neuronal afectando la
motricidad y alterando el sistema inmunológico.
No podemos permitir que
más niñas en Colombia, de nueve o diez años, sigan
siendo víctimas de esta perversidad farmacéutica que
condena a penosas y graves enfermedades a quienes
reciben obligatoriamente en escuelas de Colombia una
cuestionada vacuna que ya ha dejado las huellas de sus
efectos en niñas del mundo entero.
Que no se oculte la
verdad, que se hable sin tapujos sobre los efectos
nocivos del Gardasil y que se ordene suspender
inmediatamente su aplicación en el territorio
colombiano. Solo después de un debate serio y científico
los colombianos decidiremos si permitimos que nuestras
hijas reciban una segunda o tercera dosis, de no ser así
responsabilizamos al Estado colombiano de todo cuanto
les pueda ocurrir y denunciaremos internacionalmente
esta atrocidad contra seres inocentes y vulnerables y
que las escuelas no se presten para este monstruoso
negocio cuyas ganancias se recogen en los cuerpos
inertes de nuestras hijas.