Archivo-
Julio de
2010
Sin
sentido
Por
Pedro F.
Mercado
Cepeda
Esta
semana,
muchas
personas
me han
solicitado
oraciones
y
consejos
para
fortalecer
su fe y
saber
cómo
actuar
frente a
la
sorpresiva
y
dolorosa
noticia
del
fallecimiento,
en un
accidente
automovilístico,
de
cuatro
amigos
queridos:
Alejandro,
José,
Adriana
y Mañe.
Ante
todo
debo
confesar
que dar
consejos
es tarea
ardua
cuando,
como en
este
caso, la
tragedia
nos toca
en un
modo
hondo y
personal.
Numerosos
son los
recuerdos,
los
buenos
recuerdos,
y
demasiadas
las
preguntas
truncadas,
sin
respuesta,
cubiertas
bajo el
velo de
una
muerte a
todas
luces
inmerecida
e
injusta.
No creo
que Dios
tenga un
proyecto
que deba
necesariamente
cumplirse
de un
modo tan
punzante
y
violento.
Me
negaría
a creer
en un
Dios que
manipulase
la
historia
y sus
criaturas
como el
titiritero
de un
circo
siniestro.
Y me
aterra,
por
ello,
que se
aluda
conspicuamente
a la
Divina
Sabiduría
para
encubrir
nuestra
ignorancia
y
nuestro
temor a
aceptar
que no
todo en
la vida
tiene
una
lógica
constructiva
o un
sentido
racional,
que
existe
el mal,
autocomplaciente
y
destructivo,
que
existe
el azar
y el
caos y
que, por
ende,
nuestro
futuro
es un
claro-oscuro
de
múltiples
posibilidades.
Lo
inexplicable,
lo
irracional,
lo
paradójico,
incluso
lo
absurdo
hacen
parte
del
humano
existir.
Y es en
ese
marco de
luces y
sombras
que se
entrecruzan
en el
vaivén
de la
existencia
donde la
fe en
Cristo
encuentra
su
sentido
pleno.
La fe no
es un
menú de
soluciones
preconcebidas
para
todos
los
problemas.
La fe es
un modo
de
enfrentar
los
retos e
interrogantes
irresolutos
de
nuestra
cotidiana
existencia,
incluidos
sus no
pocos
pesares,
sus
pequeñas
y
grandes
tragedias.
Muchas
de las
cuales
se
podrían
evitar.
A
quienes
me han
preguntado
por el
sentido
de
cuanto
ha
ocurrido
les digo
que no
creo que
sea
posible
encontrarlo...
no me es
evidente
ni
siquiera
su
existencia,
y
bellaco
sería de
mi parte
querer
crearlo
con
palabras
retóricas
para
adormecer
las
conciencias.
Quisiera,
por el
contrario,
despertarlas,
irritarlas
con la
bilis de
mi
rabia,
porque
es
inaceptable
que ante
la
muerte
de estos
cuatro
jóvenes,
inteligentes
y
talentosos,
continuemos
a
preguntarnos
qué
tiene
que ver
Dios en
todo
esto,
cuando
lo justo
y
necesario
sería
exigir
explicaciones
a las
competentes
autoridades
del
Estado.
No hace
parte de
las
competencias
divinas
tapar la
multitud
de
cráteres
que
abundan
en las
carreteras
caribeñas.
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Esa es
responsabilidad
del
Estado y
de sus
contratistas.
Y es por
ello
inaudito
que la
sociedad
civil
siga
asistiendo
impávida,
día tras
día, a
estas
tragedias
viales
sin
pedir
explicaciones
prácticas
y
terrenas
a
quienes
tienen
el deber
de velar
por la
seguridad
de
quienes
viajan
por
carretera
y de
favorecer
el
desarrollo
de una
red y de
una
cultura
vial
acorde
con las
necesidades
de los
ciudadanos.
A las
familias
de estos
amigos y
al
pueblo
de
Sabanalarga
vayan
mis
sentimientos
de
afecto y
estima
junto al
testimonio
de mi
oración
por el
eterno
descanso
de estas
nuevas
víctimas
de la
indiferencia
del
Estado.
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articulo.
Comentarios
de
los
lectores
Comentario1
Estimado Pedro, estuve
leyendo su articulo detenidamente, estoy totalmente de acuerdo con
tus apreciaciones, de "exonerar" a Dios nuestro creador, de esta
tragedia que enluta a la familia Peña Berdugo.
He aprendido en las Sagradas
Escritura las palabras del Rey Salomón quien expresó bajo
inspiración divina en:
Eclesiastés Capitulo 9 Versículo 11.
"Regresé
para ver, bajo el sol, que los veloces no tienen la carrera, ni los
poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el alimento, ni
tienen los entendidos tampoco las riquezas, ni aun los que tienen
conocimiento tienen el favor; porque el tiempo
y el suceso imprevisto les acaecen a todos.("la muerte") 12 Porque
tampoco conoce el hombre su tiempo. Justamente como peces que se
cogen en una red dañina, y como pájaros que se cogen en una trampa,
así son cogidos en lazo los hijos de los
hombres en un tiempo calamitoso, cuando este cae sobre ellos de
repente."
Si tenemos en cuenta la Biblia nos
muestra a un Dios de amor:
1Juan Capitulo 4 Versículos 7
al 10
7 Amados,
continuemos amándonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y
todo el que ama ha nacido de Dios y adquiere el conocimiento de
Dios. 8 El que no ama no ha llegado a conocer a Dios,
porque Dios es amor. 9 Por esto el amor de Dios fue
manifestado en nuestro caso, porque Dios envió
a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la
vida mediante él. 10 El amor consiste en esto,
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por
nuestros pecados.
Por ultimo,
hoy se ha hecho creer a la gente que Dios es insensible y
distante. ¿Qué suelen decir los clérigos cuando ocurre una tragedia?
A una madre que perdió a sus dos hijos pequeños en un accidente
automovilístico, su ministro religioso le dijo:
“Fue la voluntad de Dios.
Él necesitaba dos angelitos más”. En realidad, con tales
comentarios, le echan la culpa a Dios de las
desgracias que ocurren.
Sin embargo, el discípulo Santiago escribió:
“Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios
me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser
sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie”
(Santiago
1:13). En efecto, Jehová Dios nunca es el causante de las
calamidades que nos afligen. La Biblia dice: “Lejos sea del Dios
verdadero el obrar inicuamente” (Job 34:10)
Mis
comentarios fundamentados en la Sagradas Escrituras,
describen
a nuestro creador como un Dios de amor y consolador. No un Dios que
se complace en el sufrimiento humano, manipulando las cosas a su
antojo para traer desgracias y luto a las familias que habitan la
tierra.
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Diógenes Bolívar
Mosquera
Celular 300-8082825
www.diogenesbolivar.com
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