Columna: Reflector Mundial
El recuerdo del Golpe
Militar
Por Ignacio
Pareja Amador
Hasta antes del 11 de septiembre de 1973
no se había pensado que un país con gobierno de corte
socialista,
sería el primero en recibir un Modelo experimental de la
mano de Milton Friedman, el cual venía a promover un
cambio; una transformación del Modelo de Estado de
Bienestar keynesiano, o el de sustitución de
importaciones, por uno que más tarde se denominaría
neoliberalismo.
Hace casi 37 años que Chile vivió un golpe de Estado,
donde la milicia no escatimó en recursos para bombardear
“el Palacio de la Moneda” la sede del gobierno electo
que estaba por cumplir tres años en el poder y que
encabezaba el socialista Salvador Allende.
Durante su primer año de gobierno, Allende dio los
primeros pasos de lo que sería su proyecto para el
desarrollo. De esta forma nacionalizó los bancos,
algunos servicios públicos y las industrias básicas,
dentro de las que sobresalen las norteamericanas.
Empresas como la Anaconda Mining Copper Company y la
Kennecott Copper Co. (explotadoras del cobre) y ITT
(International Telephone and Telegraph) ahora AT&T
fueron nacionalizadas.
El 11 de septiembre de 1973, a una semana
de la celebración del aniversario de la llegada de
Allende a la presidencia, las fuerzas armadas comenzaron
sus operaciones para efectuar el golpe militar.
El presidente, con el objetivo de dar
conciencia al pueblo chileno de los hechos, se comunicó
mediante una de las pocas estaciones de radio pública
que quedaban en pie diciendo: “Estoy dispuesto a
resistir por todos los medios, incluso al precio de mi
propia vida, de modo que esto servirá como una
lección en la historia ignominiosa de aquellos que
tienen la fuerza, mas no la razón”.
El golpe se efectuó con éxito, no hubo
resistencia alguna más que la del propio presidente y un
puñado de colaboradores. En pocas horas Chile dio un
giro de 180 grados, el futuro sería el único testigo de
los cambios consecuencia del nuevo régimen. Queda por
demás mencionar las persecuciones, las desapariciones,
la tortura; todos los horrores que desencadenan las
guerras por las ideologías. Chile ya no sería el mismo.
Desde el exterior, el golpe se percibió
de dos maneras. Hubo quien aplaudió la caída de Allende,
quien lastimaba los intereses de las trasnacionales
norteamericanas. Otros países como México desconocieron
el régimen militar y brindaron asilo político a los
chilenos sospechosos de ser comunistas o de izquierda.
El golpe militar fue el acontecimiento
que delineó los cambios en la vida política, económica y
social del Chile contemporáneo. En lo político se puede
resaltar el abandono total de las prácticas democráticas
y la intolerancia partidaria durante los años del
régimen. En lo económico la instauración de un modelo de
libre mercado, donde la participación del sector privado
sería preponderante y los capitales internacionales se
concebirían como el motor para el crecimiento económico.
En lo social se observa la perdida de las libertades
civiles por parte de la sociedad en general. El pueblo
chileno, que vivió por diecisiete años esta dictadura,
asume las consecuencias de los vertiginosos
acontecimientos, son ellos quienes guardan la memoria
histórica de su país y por ello los únicos capaces para
evaluar moralmente los hechos.
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