ISO 9001:2008,
¿por qué nos cuesta tanto estandarizarnos?
Por Ignacio Alfonso
Martínez Jiménez ()
“El reto para el gobierno de Calderón hubiera sido […]
obligar a los empresarios a ser competitivos conforme a
estándares
internacionales,
más en línea con lo que se observa en general en los países
de la organización para la cooperación y desarrollo
económicos (OCDE)” (Mayer, 2011).
La international standard organization (ISO)
es una federación mundial de organismos nacionales de
normalización (para México, el organismo representativo es
el instituto mexicano de normalización
y certificación, IMNC). La ISO ha creado cientos de normas
internacionales de calidad, una de ellas, la 9001, trata
acerca de la mejora continua del sistema de gestión de la
calidad de cualquier organización sin importar su tipo,
tamaño y producto suministrado. La norma ISO 9001 ha venido
actualizándose. En el año 2008, la ISO elaboró la 4ta
versión de esta norma llamándola a propósito, ISO 9001:2008,
con el fin de aumentar su compatibilidad con otra norma, la
ISO 14000:2004.
La versión en español del ISO 9001:2008 fue
realizado por el spanish translation task group (STTG), con
la ayuda de representantes de gobierno y del sector
empresarial de 15 países latinoamericanos. Para la
tropicalización en territorio mexicano de dicha versión, la
IMNC elaboró la 4ta versión de la norma mexicana NMX-CC-9001-IMNC-2008
apareciendo en el diario oficial de la federación (DOF) el
12-dic-2008 y entrando en funcionamiento (y, por lo tanto,
reemplazando a la 3ra edición) el 13-nov-2009. En la
elaboración de esta norma mexicana, participaron 16 empresas
particulares, 11 asociaciones y sociedades civiles, 5
instituciones de gobierno, 5 universidades y 3 grupos de
trabajo del IMNC.
Esta norma mexicana indica, en pocas
palabras, que la mejora continua del sistema de gestión de
calidad no es más que poner a trabajar a nuestra empresa por
y para el cliente, recibiendo como pago el prestigio
reconocido por nuestros clientes internos y externos y que,
como sabemos, en la competencia abierta mundial, el hecho de
tener la lealtad y confianza de un cliente por 10 años, por
ejemplo, representan cantidades sorprendentemente bondadosas
para la empresa. Las entradas (insumos) y salidas (producto
terminado) son recibidas y entregadas al
cliente; para el primer caso (entradas), son los
proveedores con quien debemos interactuar con
base en los requisitos solicitados por el
cliente final; el producto final no es más que
la consecución de procesos sistematizados en el
que los insumos se convierten en producto final.
La gestión de calidad entra en acción con el
grado de satisfacción del cliente que ha
consumido el producto final y que, una vez
medido, analizado y establecido alternativas de
mejora, se toman decisiones cruciales como
responsabilidad de la dirección, quien también
se retroalimentará del cliente interno y
externo. |
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Por último y para que la rueda de la mejora continua en el
sistema de gestión de calidad gire sinérgicamente, la
dirección, a través de la gestión de recursos (tangibles e
intangibles) implementa mejoras en el proceso de producción,
con el objetivo de crear cada vez mejores productos finales
con base en los requisitos y satisfacciones del cliente.
Sin embargo y retomando nuestro contexto
nacional, el sistema de privilegios fuertemente organizado,
aunque caprichoso, discrecional e incierto de los
sindicatos, asambleas de vendedores ambulantes, pandillas,
etc., aunado con la falta de filantropía de los mexicanos
más poderosos para con sus connacionales (que es, en
términos del PIB mexicano, del 0.04%, en comparación con los
ricos estadounidenses, que donan a sus connacionales una
cantidad similar al 7% del PIB estadounidense), entre otros
aspectos, como la inseguridad, el falso y supuesto derecho a
los subsidios federales (agua y energéticos), el poco
compromiso (10% del PIB mexicano) del ciudadano a pagar sus
impuestos federales para contribuir al producto interno
bruto (PIB) en comparación con el ciudadano europeo, que
contribuye con el 40% del PIB europeo (Mayer, 2011), así
como la poca exigencia y la mucha tolerancia ciudadana en
todo tipo de abuso y que, cuando el ciudadano mexicano puede
imponer su ley, tampoco respeta a los otros, representando
“la cubeta de los cangrejos mexicanos” como una escena
perfecta de mexicanos quejosos pero perezosos, hacen que, la
motivación, la iniciativa y el liderazgo mexicano por
establecer la mejora continua en sistemas de gestión de la
calidad en empresas mexicanas no florezca o no emprenda su
vuelo a favor de los clientes, internos y externos,
nacionales e internacionales.
“El gobierno siempre estará limitado en su
capacidad de confrontar directamente a los actores más
poderosos. Para que lo haga es necesario que la ciudadanía
entienda que es ella quien, a final de cuentas, está
absorbiendo el costo de los privilegios concedidos. El
ciudadano desconfía del estado y todas sus manifestaciones:
ve a la autoridad, con razón, como fuente de abusos y
distribuciones de privilegios. Por ello, lo que busca de su
relación con la autoridad es sacar algún provecho inmediato
y, cuando está bien organizado, suele obtenerlo” (Mayer,
2011).
Referencias.
Instituto mexicano de normalización y
certificación IMNC (2008). “Norma mexicana NMX-CC-9001-IMNC-2008.
Sistemas de gestión de la calidad – Requisitos”. México.
Mayer-Serra, Carlos E (2011). “Por eso
estamos como estamos. La economía política de un crecimiento
mediocre”. Editorial Debate. México.
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