URO VS
Woolrich. ¿Por qué roban los empleados?
Por Ignacio Alfonso Martínez Jiménez
Oaxaca es el estado mexicano con mayor biodiversidad animal
y vegetal, así como la que cuenta con mayor etnicidad,
haciendo
de
nosotros los oaxaqueños seres humanos heterogéneos,
divididos, incomunicados e incomprendidos y, por ende,
personas trabajadoras, responsables, organizadas, honestas.
Sin embargo y recordando el dicho popular que dice “el
pueblo tiene los gobernantes que se merecen” nos hacemos la
pregunta ¿por qué roban los empleados?, ¿por qué los
empleados se aprovechan de las circunstancias y actúan de
manera cínica y prepotente pensando que nunca perderán el
puesto de trabajo y que, por ende, no serán descubiertos?
Nuestros
conocimientos básicos en administración dicen que la
planeación de toda organización debe llevarse a cabo, que
una estructura organizacional debe crearse para facilitar de
forma eficaz el logro de los objetivos y que la motivación a
los empleados debe hacerse por medio de un liderazgo eficaz.
Desafortunadamente, no existe la seguridad de que las
actividades se realicen según lo planeado, ni que los
objetivos que los gerentes desean se estén logrando. Por
tanto, el control es el vínculo final en las funciones de la
gerencia, existiendo tres tipos: el control de alimentación
anticipada, el concurrente y el de retroalimentación
(Robbins-Coulter, 2005).
Ulises Ruiz
Ortiz, exgobernador de nuestro estado, es un ejemplo claro
de robo y fraude. Eso lo dijo en conferencia de prensa
realizada en esta capital el 18 de Agosto de 2011, la
contralora Woolrich Fernández, quien dio a conocer los
resultados de 16 de 45 auditorías que se han realizado en
contra de 32 exfuncionarios acusados de un quebranto por 3
mil 697 millones de pesos y para quienes se han instruido
procedimientos jurídicos administrativos y penales.
La
contralora reveló que los quebrantos “son tantos y de tan
amplia naturaleza que sería imposible por el momento entrar
al estudio concienzudo de los mismos”. Pero de las 16
auditorías se desprende que hubo una “confabulación” de
servidores públicos para operar el presupuesto estatal de
2010 de manera discrecional y modificando las partidas
inicialmente autorizadas por el Congreso”. E insiste: “el
gobierno de Ulises Ruiz no fue una administración
gubernamental sino una asociación delictuosa porque el jefe
del ejecutivo hizo todos sus amarres y complicidades con el
Congreso, con las autoridades municipales y con el poder
judicial, para tapar sus desvíos y el grado de corrupción al
que llegaron. Pero no les dio tiempo de ocultar todo y lo
que encontramos fue que en todas las dependencias había
irregularidades; no se escapaba ninguna” (Olmos et. al.,
2011). |
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Pero, “¿por
qué roban los empleados? La respuesta depende de la
persona a quien usted le pregunte. Expertos en diversas
áreas (seguridad industrial, criminología, psicología
clínica) tienen distintas perspectivas. El personal de
seguridad industrial propone que las personas roban porque
la oportunidad se presenta por sí misma debido a controles
laxos y circunstancias favorables. Los criminólogos dicen
que se debe a que las personas tienen presiones financieras
(como problemas financieros personales) o presiones
relacionadas con vicios (como deudas de juego). Y los
psicólogos clínicos sugieren que las personas roban porque
pueden racionalizar cualquier cosa que hagan como un
comportamiento correcto y adecuado (“todo mundo lo hace”,
“se lo merecían”, “esta empresa gana suficiente dinero y
nunca extrañarán esto tan pequeño”, “me merezco esto por
todo lo que aporté”, etc.). Aunque cada uno de estos
enfoques ofrece información convincente sobre el robo
cometido por empleados y ha sido decisivo en el diseño de
programas para impedirlo, por desgracia los empleados siguen
robando” (Robbins-Coulter, 2005).
Por ello,
¿qué pueden hacer los gerentes?, ¿qué podemos hacer
nosotros?, ¿qué debemos hacer para evitar más robos y
fraudes en Oaxaca? Los autores Robbins y Coulter (Bell A. H.
et. al., 2000; Hansen J. D., 2000; Greenberg J., 1998.,
referidos por Robbins-Coulter, 2005) resumieron varias
medidas que pueden tomar los gerentes o ingenieros
administrativos para impedir o reducir el robo o fraude
cometidos por los empleados. Las medidas están dividas en
los tres tipos de controles.
En el tipo
de control de alimentación anticipada podemos mencionar la
selección cuidadosa (antes de la contratación), el
establecimiento de políticas específicas y procedimientos de
disciplina (para definir el robo y fraude), el
involucramiento de los empleados en la redacción de las
políticas, la educación y capacitación de los empleados
sobre las políticas y revisión de controles de seguridad
internos por parte de profesionales.
En el tipo
de control concurrente debemos tratar a los empleados con
respeto y dignidad, comunicar abiertamente el costo del
robo, comunicar regularmente a los empleados sus éxitos en
la prevención del robo y el fraude, usar equipos de
vigilancia de video si las condiciones lo justifican,
instalar opciones de seguridad en sus computadoras,
teléfonos y correo electrónico, usar líneas directas para
reportar incidentes y dar buen ejemplo.
Respecto al
tipo de control de retroalimentación que es en lo que se
supone se está trabajando con nuestro actual gobernador
oaxaqueño Gabino Cue Monteagudo se debe asegurar que los
empleados saben que ha ocurrido un robo o fraude (sin decir
nombres, pero haciendo saber que no es aceptable el
robo/fraude), usar los servicios de investigadores
tradicionales, rediseñar las medidas de control y evaluar la
cultura de la organización y las relaciones de los
gerentes-empleados.
Nuestro
futuro es incierto, nuestro futuro es desconcertante. No
podemos y no debemos dejar en manos de las buenas
intenciones de nuestras autoridades actuales toda la
responsabilidad de llevar a Oaxaca a altos estándares de
calidad en todos nuestros aspectos de vida ciudadana.
Debemos trabajar unidos, cada quien en lo que mejor sabe
hacer. Si no, mejor no estorbemos.
Referencias.
Robbins-Coulter
(2005). “Fundamentos del control en administración”.
Editorial Pearson. México.
Olmos, José
Gil et. al. (2011). “URO, una confabulación para saquear el
erario”. Revista Proceso, referido en el periódico Noticias
voz e imagen de Oaxaca. Septiembre 4, 2011.
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